Tiene síntomas muy parecidos a los de un ataque cardíaco. Lo
sufren una de cada 10 personas y, en su mayoría, mujeres.
Es una sensación de temor pavoroso. De que algo terrible
está a punto de ocurrir y que no puede hacerse nada para evitarlo. Provoca una
desesperación tal por escapar de la situación en la que una persona se
encuentra, que se siente miedo a morir o a volverse loco.
Estos son algunos de los síntomas de un ataque de pánico, un
trastorno universal que se encuentra en todas las culturas, razas y niveles
socioeconómicos, y que en nuestro país se estima que una de cada diez personas
lo padece, y que se da dos veces más en mujeres que en hombres.
En la mayoría de los casos forma parte de un trastorno de
ansiedad. Es un problema de salud que puede traer severas consecuencias
psicológicas. La edad de inicio es típicamente en el adulto joven, pero puede
aparecer incluso en niños. Su evolución y complicaciones son muy variables,
pero tiende a ser un cuadro fluctuante y crónico.
UN MOMENTO DE TERROR
Según coinciden los especialistas, los síntomas del ataque
de pánico aparecen de repente sin ninguna causa aparente, y se lo define como
un momento de extrema angustia o terror acompañado de desesperación y sensación
de descontrol.
Y en ese momento, también se dan síntomas físicos, como
palpitaciones, dolor de pecho, sudoración, malestar estomacal, mareos, náuseas,
dificultad para respirar, sofocos o escalofríos y temblores musculares. Y una
sensación de desrealización o despersonalización.
Los ataques de pánico
se enmarcan en los denominados trastornos de ansiedad, luego de un episodio de
este tipo pueden desencadenarse otros, como la agorafobia o el estrés
postraumático.
También, y aunque es menos frecuente, los ataques pueden
ocurrir durante el sueño, con la misma activación sintomática, terror repentino
y sin motivo aparente.