Kerrie Shandley
Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Swinburne de
Tecnología, Hawthorn, Victoria, Australia
Antecedentes. Las enfermedades metales son una preocupación
creciente a nivel mundial. El tratamiento de ciertos desórdenes, como la
ansiedad y la depresión, recaen en gran parte en médicos de familia o
especialistas en medicina general. Sin embargo, por lo general, dichos
especialistas se encuentran demasiado limitados por cuestión de tiempo y
podrían no estar suficientemente preparados para atender adecuadamente las
necesidades de los pacientes.
Los recursos de Internet basados en la evidencia representan
un valioso recurso para reducir la carga que supone cuidar de dichos pacientes
y el coste de tratar desordenes de salud mental en emplazamientos de atención
primaria y al mismo tiempo mejorar los resultados.
Objetivo: El presente estudio aspira a extender la
eficiencia de Panic Online, un programa para el tratamiento de desórdenes de
pánico asistido por terapeutas y determinar si se pueden conseguir y mantener
resultados comparables a los que obtienen cuando el programa se encuentra
asistido por especialistas en medicina general en vez de psicólogos.
Métodos: A través de
un diseño de grupos natural, 96 personas con un diagnóstico primario de
desorden de pánico (con y sin agorafobia) completaron el programa Panic Online
in 12 semanas con el apoyo terapéutico de especialistas en medicina general,
que habían recibido formación especializada en terapia cognitiva conductiva, o
con el apoyo de psicólogos clínicos.
Los participantes completaron una entrevista telefónica
clínica, conducida por un psicólogo y una serie de cuestionarios en línea para
evaluar los síntomas relacionados con el pánico en tres periodos diferentes
(antes, después y en un seguimiento 6 meses más tarde)
Resultados: Ambos tratamientos produjeron una mejora
significativa en la intensidad del pánico y la sintomatología relacionada con
el pánico desde el pretratamiento hasta el postratamiento.
Ambos grupos mostraron mejoras con el paso del tiempo, que se
mantuvieron en ambos grupos durante el seguimiento.
No obstante los grupos se diferenciaban de forma
significativa en dos áreas relacionadas con la calidad de vida: el área física
(F1, 82 = 9.13, P = .00) y el ambiental (F1, 82 = 4.41, P = .04).
El índice de abandono era claramente mayor entre aquellos
que recibieron tratamiento por parte de sus médicos de cabecera (X21 = 4.40, P
= .02, N = 96).
Conclusiones:
Este estudio aporta pruebas que muestran como
los tratamientos a través de Internet resultan un buen apoyo para los
sistemas de salud mental existentes.
De esta forma se facilitaría y ampliaría
la prescripción de tratamientos basados en evidencias para enfermedades mentales
a un número cada vez mayor de segmentos de población por medio de los sistemas
de atención sanitaria primarios y con la ayuda de profesionales de la salud con
una formación adecuada.
fuente:
http://www.revistaesalud.com/index.php/revistaesalud/article/view/283/617
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